
Hace algún tiempo un colega nos invitaba a pensar la educación de cara al futuro, imaginando los escenarios que encontrarían nuestros alumnos 10 años por delante. No creo que sea un ejercicio de ciencia ficción, sino más bien una obligación. ¿Cómo imaginan el mundo en el 2020? Son muchos los escenarios posibles e imposibles, pero es difícil imaginar contextos donde las tecnología y la información no tengan un papel relevante. En estos días al preparar una clase sobre TICS recordaba aquella invitación del colega. Siento que el futuro es ahora y que estamos llegando algo tarde incluso. Las TICS son realidad en nuestra vida cotidiana , es difícil imaginar que dejarán de serlo. ¿Qué lugar tienen y deberían tener en la educación? Entiendo que las instituciones no deben darle la espalda a las TICS. Su potencialidad puede contribuir a los distintos aprendizajes (no lo aseguran). También pueden contribuir a atender y promover la diversidad, la inclusión y potenciar la actividad de los alumnos. La clave está en las condiciones que podamos generar y en uso que podemos dar. Así como lápices, cuadernos, pizarrones y libros, las TICS se convertirán en herramientas en la medida que maestros y aprendices encuentren su utilidad. Este es un tema de futuro, y es ahora…