Educación avanza

Estos días he escuchado mucho sobre «problemas de lugares». Probablemente hay situaciones  que todos conocemos, que ya ni las comentamos, pues hacerlo parece una obviedad. Por ejemplo, en estas horas se destacó en algunos medios nacionales e internacionales, el alto porcentaje de repetición en la educación secundaria uruguaya. Este porcentaje no es nuevo y se ubica entre los más altos a nivel mundial. Si no fuera por los medios y alguna odiosa comparación, probablemente no nos detendríamos demasiado en esta escandalosa situación. La hemos «naturalizado». Y de ese modo las posibilidades de cambio se minimizan.

Algunas semanas atrás, en una conferencia que dictó el Dr. Manoel Baña en la UCU centrada en los Trastornos del Desarrollo, una madre contó una de esas situaciones que todos conocemos, que ya no comentamos, nos suenan obvias. Contó de su necesidad de encontrar un lugar, una escuela para su hijo y de la negativa que ha ido encontrando en muchas instituciones del medio. Seguramente detrás de la negativa hay distintas razones:   responsabilidad, desconocimiento, falta de recursos, miedo, apresuramiento, negligencia y más…

Es difícil decir que este hecho nos sorprende. Quizá nos duele o nos entristece, pero no dejamos de verlo como un hecho dado, conocido, lógico porque el sistema funciona así. Así pasa con muchas situaciones que transformamos en datos repetidos, aceptados, naturalizados. Todos conocemos los altos niveles de desafiliación y fracaso en secundaria, la calidad de los aprendizajes en los distintos tramos del sistema educativo, la situación de madres adolescentes, las personas que por alguna característica física, psicológica o social van quedando al margen del sistema educativo. Y el repaso de estas situaciones podría seguir. Tenemos «problema de lugar».

En este tiempo de balances y buenos deseos,  con el tiempo de descanso, ya a unas vueltas de reloj, me gustaría que tengamos presente a estas personas. Ojalá podamos salir de lo obvio, de lo conocido, asumir responsabilidades e imaginar respuestas distintas.  Pelear por su lugar probablemente sea pelear por el nuestro, en la educación que necesitamos.

Referencias y recomendaciones

Navarrete, Ignacio (2012) De los Trastornos del Desarrollo a los Trastornos del Espectro Autista: Implicancias Psicoeducativas. En Trías, D. y Cuadro, A. (Coords.) Psicología Educacional. Aportes para el cambio educativo. Montevideo: Grupo Magro Editores.

Silva, Martina y Fabiana Barrios (2012) Ser madre y estudiar en la adolescencia: Una «utopía» del sistema educativo uruguayo. En Trías, D. y Cuadro, A. (Coords.) Psicología Educacional. Aportes para el cambio educativo. Montevideo: Grupo Magro Editores.


3 respuestas a “A pelear por su lugar”

  1. Avatar de Helena Sastre Abreu
    Helena Sastre Abreu

    Hago acuerdo contigo Daniel, duele asistir a las reuniones de profesores de ciclo básico y encontrar que un 30% «repite por insistencias» y obviamente consecuente rendimiento totalmente insuficiente. No podemos «naturalizarlo», debemos seguir buscando alternativas para que todos estos chicos tengan «su»lugar, ese lugar que dé oportunidades genuinas de crecimiento y adquisición de herramientas que les permitan ser autónomos y pelear por su propio lugar en el mundo.

  2. Avatar de danieltrias

    Hace unos minutos me llegó otro video, en el que se comparten esas historias por las que vale la pena, seguir peleando espacios: http://www.youtube.com/watch?v=lUPADjVZkPA&feature=youtu.be

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