Gobernarse, autorregularse y cuidarse: una metáfora antigua para problemas actuales

Por Nigel Manchini*

En su artículoGobernar el aprendizaje en estos tiempos (1), Daniel ilustra el amplio y multidimensional concepto de autorregulación utilizando la metáfora del gobierno: los procesos involucrados en la autorregulación son los que nos permiten gobernarnos a nosotros mismos. No es el único lugar donde usa esa metáfora (2, 3). Al hacerlo, se pone en diálogo con una larga tradición filosófica que utiliza a la ciudad como modelo para pensar la educación del individuo. 

El gobierno de sí –  creada con StableDiffusion

La metáfora tiene una historia larga: ya encontramos un desarrollo muy refinado de ella en los escritos de Platón, y él ya está parado en hombros de gigantes. El conflicto es inherente a la vida en la polis (o sea, a la vida política); para lograr la armonía y el florecimiento colectivo, se necesita de una buena constitución y de un buen gobierno. El conflicto también es inherente al alma y la acción humana; los apetitos, las distintas pasiones y las razones puedan impeler a acciones contradictorias, y solo con un buen gobierno de sí es posible que esa contradicción se resuelva armoniosamente.  

Esta metáfora no es arbitraria al vincular el mundo político con la interioridad. En la antigüedad grecorromana, el problema de la formación integral de la personalidad era especialmente relevante en la discusión sobre la preparación de quienes van a ejercer funciones políticas. Revisando la historia del cuidado de sí, Michel Foucault (4) lo expresa tajantemente: “La necesidad del cuidado de uno mismo, la necesidad de ocuparse de uno mismo, está ligada al ejercicio del poder”. Por eso, uno de los contextos de debate acerca del cuidado y el gobierno de uno mismo era la educación del príncipe (5): 

“¿Cómo debe dirigirse el alma del príncipe para que se constituya una relación adecuada consigo mismo que garantice su virtud, y también un gobernante capaz de hacerse cargo y ocuparse no sólo de sí mismo sino de los otros? ¿Cómo gobernar al príncipe de modo tal que éste pueda gobernarse a sí mismo y gobernar a los otros?”

(Foucault, 2008, p.64)

Debe notarse que el papel del educador es muy relevante en ese esquema: el gobernante debe gobernarse a sí mismo para gobernar a los demás. Pero alguien dirigió su alma de tal manera que le permitió conocerse y establecer una relación adecuada consigo mismo. El aprendizaje de las técnicas para gobernarse a sí mismo solo puede darse con la ayuda de un otro. Solo en relación con otros construimos una relación adecuada con nosotros mismos. 

Al respecto, dice el historiador de la filosofía Pierre Hadot (6): 

Por eso muchos alumnos van a Atenas, de Grecia, del Cercano Oriente, de Africa y de Italia, para recibir una formación que les permitirá ejercer después una actividad política en su patria. En Atenas aprenden no sólo a gobernar, sino a gobernarse a sí mismos. Para lograrlo, es indispensable el diálogo animado y la discusión entre maestro y discípulos, según la tradición socrática y platónica. Bajo la influencia de esta doble finalidad, la enseñanza tiende a adquirir siempre una forma dialogada y dialéctica. 

(Hadot, 1998, p.118)

De ese educador se esperaba, naturalmente, que supiera gobernarse a sí mismo: su propio ejemplo es una de sus principales herramientas pedagógicas. Esto es algo en lo que converge la investigación sobre aprendizaje autorregulado (7,2,8): no solo importa lo que los/as docentes hacen, sino también lo que son –lo que piensan, lo que sienten y su capacidad de autorregular esos procesos–. 

Sinteticemos lo dicho: la metáfora de gobernar el aprendizaje, usada para hablar de autorregulación, se conecta con los discursos antiguos sobre la educación y el cuidado de sí. La relación con uno mismo que se pretendía cultivar –una relación de gobierno– estaba directamente relacionada con los otros. Por un lado, si queremos ocuparnos de los otros, primero debemos gobernarnos a nosotros mismos. Por el otro, solo en diálogo con un otro podemos aprender a gobernarnos. Dada la importancia de ese otro, la pregunta acerca de cómo educar al educador se vuelve central. 

¿No son la relación docente-estudiante, la educación del educador y el aprendizaje de la autorregulación problemas actuales? Ciertamente lo son. Pero este pequeño paseo por la historia de la analogía entre la autorregulación y el gobierno nos muestra que nuestros problemas tienen varios siglos de actualidad. Indagar en metáforas antiguas y los discursos que se tejieron en torno a ellas probablemente no nos dé la solución para nuestros problemas. Pero sí puede darnos certeza de que los problemas que tratamos son profundos. También nos pueden ayudar a tomar perspectiva –lo que es, en sí mismo, un buen paso hacia gobernarnos mejor–. 

En esa línea, quienes somos educadores deberíamos preguntarnos (en primera persona): ¿Nos hemos ocupado del gobierno de nuestro propio aprendizaje? ¿Con qué procedimientos podemos cuidar de nosotros mismos? ¿Con quién dialogaremos para darnos la educación que necesitamos?

Referencias

1. Trías, D. (2024). Gobernar el aprendizaje en estos tiempos.  

2. Trías, D., Eiroa, C. y Ronqui, V. (2023). Enseñanza y aprendizaje autorregulado en el ejercicio de la docencia. En I. Achard (coord.) Mejorar la enseñanza: fortalecer la formación y el desempeño de los docentes. Universidad Católica del Uruguay. Acceso al libro y al capítulo.

3. Trías, D. (2017). Autorregulación en el aprendizaje, análisis de su desarrollo en distintos contextos socioeducativos. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Madrid.

4. Foucault, M. (1998). Hermenéutica del sujeto. Ediciones de la Piqueta

5. Foucault, M. (2008). El gobierno de sí y de los otros. FCE.

6. Hadot, P. (1998). ¿Qué es la filosofía antigua? FCE

7. Ronqui, V., Trías, D., & Huertas, J. A. (2022). Creencias de maestras noveles y experimentadas acerca de la autorregulación del aprendizaje. En A. M. Monteiro, (Eds.), Debates sobre a iniciação à docência. Annablume. Acceso aquí.

8. Manchini, N., Jiménez y Ramos (in press). Habilidades blandas y técnicas en evaluaciones de estudiantes a docentes. Revista Iberoamericana de Educación Superior, 44(15). 

* Nigel Manchini (nigelmanchini@gmail.com) es Profesor de Filosofía, Máster en Neuropsicología y Educación y Doctorando en Psicología. Es docente de Filosofía en Educación Media y de Didáctica de la Filosofía en Formación Docente. Integrante del grupo MACE. Sus investigaciones y textos se ubican en la frontera entre la Filosofía, la Psicología y la Educación. 

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